Euskadi registra entre 10 y 30 varamientos de mamíferos marinos al año, en su mayoría delfines, marsopas y calderones, según ha explicado el vicepresidente de la Sociedad para el Estudio y la Conservación de la Fauna Marina Ambar, Enrique Franco.
El experto ha subrayado que "todos los meses" existen avisos de varamientos en la costa vasca, aunque en la mayoría de los casos se trata de animales de menor tamaño al del cachalote, de entre 12 y 15 metros de largo y más de 20 toneladas de peso, aparecido ayer en la playa de la localidad guipuzcoana de Zarautz.
Los responsables de la asociación marina tomaron ayer medidas del animal y muestras de grasa y de piel, así como de unos parásitos que tenía externos, y el lunes por la mañana se le hará la necropsia para tratar de determinar las causas de la muerte. (Sigue leyndo haciendo click en "más información") "Ayer en la playa de Zarautz no era cuestión de abrir al animal y dejar allí los restos", explica.
Posteriormente, el cetáceo será enterrado varios años para que el Aquarium de San Sebastián pueda utilizar los restos con fines didácticos.
Según indica Franco, en años en que los mares tienen mucha fuerza aparecen más animales varados en la costa "porque los débiles perecen antes". También las corrientes y los vientos influyen en los varamientos ya que "si se registra viento sur quedan flotando y se hunden en mar abierto, mientras que cuando hay mar del norte son arrastrados hacia la costa".
En la mayoría de los casos se trata de ejemplares de tamaño pequeño, como los delfines comunes, aunque también pueden aparecer marsopas o calderones. "Las especies que más abundan en el mar son las que más frecuente suelen aparecer varadas", indica el investigador.
Si el animal esta vivo se realiza una inspección visual y se trata de ayudarlo a que regrese a la mar, como ocurrió hace dos años con un delfín que se adentro por la ría de Bilbao hasta el puente de San Antón, y que se encontraba en perfecto estado de salud.
En caso de encontrarse muerto, existe un protocolo de actuación que depende de donde se encuentre. Si se localiza flotando en el mar, la responsabilidad corresponde a Slavamento marítimo que ha de encargarse de recoger el animal ya que puede ser un peligro para la navegación, mientras que si se localiza en una playa, la tarea corresponde a la empresa encargada de limpiar el arenal. En caso de encontrarse el animal en rocas corresponde a Costas.
Desde la asociación Amar destacan que la recogida de datos y la recuperación es vital para la conservación de las especies marinas amenazadas, por lo que desde el año 1996 se vienen recogiendo de manera sistemática los datos de las apariciones de estos animales en las costas.
"Un delfín muerto puede aportar importantes datos para la realización de diversas líneas de investigación. Muestras de material genético pueden constituir una pieza clave en estudios de identificación de poblaciones y otros análisis claves en la conservación de especies amenazadas. Muestras de diversos tejidos pueden aportar importante información acerca de la acumulación de contaminantes, patología, parasitología, estado nutricional, dieta...", indican.
Por ello, reclaman la creación de un banco de muestras que permita el seguimiento de las especies.
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