Los hechos ocurrieron sobre las cinco de la tarde del pasado sábado en una zona residencial del Port de Pollença. "Mi hijo fue a pasear a Rasca como hacía otros muchos días. Al ver que no aparecía por ningún lado nos preocupamos. Lo vimos muerto en el Camí de Boquer", señaló Alejandro García, dueño del animal.
El propietario del perro no cree que haya podido ser alguno de sus vecinos el que ha acabado con la vida del animal. "El trato con todos ellos es excelente. Nos llevamos muy bien y no veo ningún motivo para hacerlo", indicó García.
No obstante, el dueño del animal atribuyó a la fogosidad de Rasca, el único motivo por el que alguien quisiera dar muerte al can. "Como le pasa a muchos otros perros de su edad, se mueve en busca de una hembra. Estoy convencido de que el autor ha sido un dueño. Quitando esto, era un perro que no molestaba ni mordía a nadie", subrayó.
Alejandro García señaló que Rasca fue un regalo que le hizo a su hijo de 10 años hace tres años, cuando el perro era tan solo un cachorro. La muerte violenta de la mascota ha traumatizado al niño. "Ahora mi hijo no quiere salir de casa. Está encerrado llorando en su habitación.", afirmó.
Fuente: diariodemallorca.es
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